Orquesta Sinfonica Infantil Nacional de Venezuela Festival de Salzburg
Concierto de la Orquesta Sinfonica Infantil Nacional de Venezuela desde el Felsenreitschule en el Salzburger Festspiele de la ciudad austriaca de Salzburgo, bajo la batuta del Maestro Sir Simon Rattle, Director de la Orquesta Filarmonica de Berlin.
El concierto iniciaba, el director de la Orquesta Filármonica de Berlin salió al escenario y los primeros acordes de la Obertura Cubana de George Gershwin comenzaron a sonar y se fundían con las exclamaciones y los sollozos de público.
Luego de una excelente interpretación de Gershwin, los chicos interpretaron las Danzas de Estancia, Op. 8a de Alberto Ginastera, la cual fue conducida magistralmente por el joven director venezolano Jesús Parra, un niño prodigio que camina entre sus compañeros como uno más, de origen humilde, pero en el momento en el que comienza a mover sus manos frente a esta gran orquesta, la historia cambia y es que viene de un gran linaje de directores, el mismo maestro José Antonio Abreu y Gustavo Dudamel.
Era la hora, había llegado el momento mas esperado por todos los asistentes, el Maestro Rattle entra de nuevo al escenario, todos expectantes, ansiosos, el silencio reinaba en la majestuosidad del Felsenreitschule, cuando de repente se escucha un sonido magico, que a todos ecantaba, era el armonico La que daba inicio a La Sinfonía nº. 1 en Re mayor "Titán" del compositor Gustav Mahler. Cada asistente a este concierto se dejo llevar por ese sonido magico cual nube en el cielo flota, estaban hechizados por el sublime Primer Movimiento "Langsam, schleppend (Como un ruido de la naturaleza)", tras la cual aparecía un movimiento rápido dominado por un tema alegre en la cuerda, que luego pasaba a toda la orquesta. Tras una repetición de la introducción, aparecía un tema nuevo en las trompas, que conducía a un gigantesco clímax tras el que el movimiento concluye con una alegría desenfrenada. Luego de este ensueño que profesaban los chicos de la OSINV llegaba el Segundo Movimiento "Scherzo: Kräftig bewegt, doch nicht zu schnell (Scherzo: Poderosamente agitato, pero no demasiado rápido)" la parte central, más tranquila, ofrecía un momento de descanso poético, y que curiosamente parecía una de las danzas de Strauss. Seguidamente de esta música danzante, cuyo final dejaba al publico con una alegría inmensa, llegaba la marcha fúnebre del Tercer Movimiento "Trauermarsch: Feierlich und gemessen, ohne zu schleppen (Marcha fúnebre: solemne y mesurado, sin rezagarse)" que al inicio parecía algo oscuro y lúgubre, pero de improviso el oboe nos presentaba una melodía jocosa, graciosa y un tanto desconcertante que nos transportan a la música que solían interpretar las bandas callejeras y en las que queda de manifiesto los orígenes judíos del compositor. Después de un tercer movimiento lúgubre y gracioso, nos llega el sonido de un golpe al Platillo Suspendido y de otro golpe al Bombo y una explosión de los Metales y las Maderas indicando que el Cuarto Movimiento "Stürmisch bewegt (Agitato)" había llegado. Este movimiento, con ese inicio tempestuoso y de gran longitud, simbolizaba el transito de las tinieblas hasta la luz, al que le seguía un segundo tema lírico interpretado por las cuerdas. En el desarrollo aparecía un nuevo tema triunfante en los instrumentos de metal, pero le fue necesario luchar y ser derrotado tres veces para alcanzar el brillante Re Mayor final. Después de un último pasaje reflexivo, se encuentra el triunfo definitivo del optimismo que a mi juicio me transmitía a una victoria del bien contra el mal.
Una vez superada la prueba de la música clásica (pues Salzburgo es la ciudad pionera en este género), llegó la hora de la diversión, de jugar en terreno propio. Simon Rattle realizó la seña para comenzar a interpretar el "Mambo". Entre fuertes acordes, bailes de los chicos e interacción con el público, el teatro se vino abajo, los expectadores gritaban, daban golpes al suelo con los pies, bailaban, reían y lloraban no había forma de canalizar el sentimiento. El aplauso fue tan apoteósico que generó un bis (repetición de la pieza), el cual fue recibido con tanta o más energía.
Una vez más, Venezuela se hizo presente con fuerza, ímpetu y juventud y le demostró al mundo entero, que el país es más que mujeres y paisajes hermosos, es también talento y es música pura hecha sentimiento.
Obertura Cubana de George Gershwin: 0:00:44
Danzas de Estancia, Op. 8a de Alberto Ginastera: 0:13:40
Sinfonía nº. 1 en Re Mayor "Titán" de Gustav Mahler
I Movimiento: 0:30:40
II Movimiento: 0:45:50
III Movimiento: 0:53:54
IV Movimiento: 1:05:20
Mambo de Leonard Bernstein: 1:32:01
Tocar y Luchar
El concierto iniciaba, el director de la Orquesta Filármonica de Berlin salió al escenario y los primeros acordes de la Obertura Cubana de George Gershwin comenzaron a sonar y se fundían con las exclamaciones y los sollozos de público.
Luego de una excelente interpretación de Gershwin, los chicos interpretaron las Danzas de Estancia, Op. 8a de Alberto Ginastera, la cual fue conducida magistralmente por el joven director venezolano Jesús Parra, un niño prodigio que camina entre sus compañeros como uno más, de origen humilde, pero en el momento en el que comienza a mover sus manos frente a esta gran orquesta, la historia cambia y es que viene de un gran linaje de directores, el mismo maestro José Antonio Abreu y Gustavo Dudamel.
Era la hora, había llegado el momento mas esperado por todos los asistentes, el Maestro Rattle entra de nuevo al escenario, todos expectantes, ansiosos, el silencio reinaba en la majestuosidad del Felsenreitschule, cuando de repente se escucha un sonido magico, que a todos ecantaba, era el armonico La que daba inicio a La Sinfonía nº. 1 en Re mayor "Titán" del compositor Gustav Mahler. Cada asistente a este concierto se dejo llevar por ese sonido magico cual nube en el cielo flota, estaban hechizados por el sublime Primer Movimiento "Langsam, schleppend (Como un ruido de la naturaleza)", tras la cual aparecía un movimiento rápido dominado por un tema alegre en la cuerda, que luego pasaba a toda la orquesta. Tras una repetición de la introducción, aparecía un tema nuevo en las trompas, que conducía a un gigantesco clímax tras el que el movimiento concluye con una alegría desenfrenada. Luego de este ensueño que profesaban los chicos de la OSINV llegaba el Segundo Movimiento "Scherzo: Kräftig bewegt, doch nicht zu schnell (Scherzo: Poderosamente agitato, pero no demasiado rápido)" la parte central, más tranquila, ofrecía un momento de descanso poético, y que curiosamente parecía una de las danzas de Strauss. Seguidamente de esta música danzante, cuyo final dejaba al publico con una alegría inmensa, llegaba la marcha fúnebre del Tercer Movimiento "Trauermarsch: Feierlich und gemessen, ohne zu schleppen (Marcha fúnebre: solemne y mesurado, sin rezagarse)" que al inicio parecía algo oscuro y lúgubre, pero de improviso el oboe nos presentaba una melodía jocosa, graciosa y un tanto desconcertante que nos transportan a la música que solían interpretar las bandas callejeras y en las que queda de manifiesto los orígenes judíos del compositor. Después de un tercer movimiento lúgubre y gracioso, nos llega el sonido de un golpe al Platillo Suspendido y de otro golpe al Bombo y una explosión de los Metales y las Maderas indicando que el Cuarto Movimiento "Stürmisch bewegt (Agitato)" había llegado. Este movimiento, con ese inicio tempestuoso y de gran longitud, simbolizaba el transito de las tinieblas hasta la luz, al que le seguía un segundo tema lírico interpretado por las cuerdas. En el desarrollo aparecía un nuevo tema triunfante en los instrumentos de metal, pero le fue necesario luchar y ser derrotado tres veces para alcanzar el brillante Re Mayor final. Después de un último pasaje reflexivo, se encuentra el triunfo definitivo del optimismo que a mi juicio me transmitía a una victoria del bien contra el mal.
Una vez superada la prueba de la música clásica (pues Salzburgo es la ciudad pionera en este género), llegó la hora de la diversión, de jugar en terreno propio. Simon Rattle realizó la seña para comenzar a interpretar el "Mambo". Entre fuertes acordes, bailes de los chicos e interacción con el público, el teatro se vino abajo, los expectadores gritaban, daban golpes al suelo con los pies, bailaban, reían y lloraban no había forma de canalizar el sentimiento. El aplauso fue tan apoteósico que generó un bis (repetición de la pieza), el cual fue recibido con tanta o más energía.
Una vez más, Venezuela se hizo presente con fuerza, ímpetu y juventud y le demostró al mundo entero, que el país es más que mujeres y paisajes hermosos, es también talento y es música pura hecha sentimiento.
Obertura Cubana de George Gershwin: 0:00:44
Danzas de Estancia, Op. 8a de Alberto Ginastera: 0:13:40
Sinfonía nº. 1 en Re Mayor "Titán" de Gustav Mahler
I Movimiento: 0:30:40
II Movimiento: 0:45:50
III Movimiento: 0:53:54
IV Movimiento: 1:05:20
Mambo de Leonard Bernstein: 1:32:01
Tocar y Luchar
Nenhum comentário:
Postar um comentário