quarta-feira, 21 de julho de 2021

Las poetisas del amor... Alejandra Pizarnik (Argentina)

Las Poetisas del Amor (21)




Senhor
A gaiola se tornou um pássaro
e voou
e meu coração está louco
porque ele uiva até a morte
e sorri por atrás do vento
para meus delírios

Senhor
Tenho vinte anos
Também meus olhos têm vinte anos
e ainda assim eles não dizem nada

Senhor
Eu consumi minha vida em um instante
A última inocência estourou
Agora é nunca ou nunca
ou foi apenas

os dias te incomodam
eles te culpam pelas noites
sua vida dói muito
desesperada, aonde vais?
desesperada, nada mais!

Eu sei gritar até o amanhecer
quando a morte fica nua
na minha sombra.

Há sol lá fora.
Eu me visto de cinzas.






A LA ESPERA DE LA OSCURIDAD


Ese instante que no se olvida
Tan vacío devuelto por las sombras
Tan vacío rechazado por los relojes
Ese pobre instante adoptado por mi ternura
Desnudo desnudo de sangre de alas
Sin ojos para recordar angustias de antaño
Sin labios para recoger el zumo de las violencias
perdidas en el canto de los helados campanarios.

Ampáralo niña ciega de alma
Ponle tus cabellos escarchados por el fuego
Abrázalo pequeña estatua de terror.
Señálale el mundo convulsionado a tus pies
A tus pies donde mueren las golondrinas
Tiritantes de pavor frente al futuro
Dile que los suspiros del mar
Humedecen las únicas palabras
Por las que vale vivir.

Pero ese instante sudoroso de nada
Acurrucado en la cueva del destino
Sin manos para decir nunca
Sin manos para regalar mariposas
A los niños muertos






LA ENAMORADA


esta lúgubre manía de vivir
esta recóndita humorada de vivir
te arrastra alejandra no lo niegues.

hoy te miraste en el espejo
y te fue triste estabas sola
la luz rugía el aire cantaba
pero tu amado no volvió

enviarás mensajes sonreirás
tremolarás tus manos así volverá
tu amado tan amado

oyes la demente sirena que lo robó
el barco con barbas de espuma
donde murieron las risas
recuerdas el último abrazo
oh nada de angustias
ríe en el pañuelo llora a carcajadas
pero cierra las puertas de tu rostro
para que no digan luego
que aquella mujer enamorada fuiste tú

te remuerden los días
te culpan las noches
te duele la vida tanto tanto
desesperada ¿adónde vas?
desesperada ¡nada más!

(Alejandra Pizarnik, de La última inocencia, 1956)





SALVACIÓN


Se fuga la isla
Y la muchacha vuelve a escalar el viento
y a descubrir la muerte del pájaro profeta
Ahora
es el fuego sometido
Ahora
es la carne
la hoja
la piedra
perdidos en la fuente del tormento
como el navegante en el horror de la civilación
que purifica la caída de la noche
Ahora
la muchacha halla la máscara del infinito
y rompe el muro de la poesía.






LA JAULA


Afuera hay sol.
No es más que un sol
pero los hombres lo miran
y después cantan.

Yo no sé del sol.
Yo sé la melodía del ángel
y el sermón caliente
del último viento.
Sé gritar hasta el alba
cuando la muerte se posa desnuda
en mi sombra.

Yo lloro debajo de mi nombre.
Yo agito pañuelos en la noche y barcos sedientos de realidad
bailan conmigo.
Yo oculto clavos
para escarnecer a mis sueños enfermos.

Afuera hay sol.
Yo me visto de cenizas.






EL DESPERTAR

a León Ostrov


Señor
La jaula se ha vuelto pájaro
y se ha volado
y mi corazón está loco
porque aúlla a la muerte
y sonríe detrás del viento
a mis delirios

Qué haré con el miedo
Qué haré con el miedo

Ya no baila la luz en mi sonrisa
ni las estaciones queman palomas en mis ideas
Mis manos se han desnudado
y se han ido donde la muerte
enseña a vivir a los muertos

Señor
El aire me castiga el ser
Detrás del aire hay mounstros
que beben de mi sangre

Es el desastre
Es la hora del vacío no vacío
Es el instante de poner cerrojo a los labios
oír a los condenados gritar
contemplar a cada uno de mis nombres
ahorcados en la nada.

Señor
Tengo veinte años
También mis ojos tienen veinte años
y sin embargo no dicen nada

Señor
He consumado mi vida en un instante
La última inocencia estalló
Ahora es nunca o jamás
o simplemente fue

¿Còmo no me suicido frente a un espejo
y desaparezco para reaparecer en el mar
donde un gran barco me esperaría
con las luces encendidas?

¿Cómo no me extraigo las venas
y hago con ellas una escala
para huir al otro lado de la noche?

El principio ha dado a luz el final
Todo continuará igual
Las sonrisas gastadas
El interés interesado
Las preguntas de piedra en piedra
Las gesticulaciones que remedan amor
Todo continuará igual

Pero mis brazos insisten en abrazar al mundo
porque aún no les enseñaron
que ya es demasiado tarde

Señor
Arroja los féretros de mi sangre

Recuerdo mi niñez
cuando yo era una anciana
Las flores morían en mis manos
porque la danza salvaje de la alegría
les destruía el corazón

Recuerdo las negras mañanas de sol
cuando era niña
es decir ayer
es decir hace siglos

Señor
La jaula se ha vuelto pájaro
y ha devorado mis esperanzas

Señor
La jaula se ha vuelto pájaro
Qué haré con el miedo






 "Yo te quiero Viva"
Últimas Cartas de Alejandra Pizarnik y Julio Cortázar.



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Alejandra Pizarnik nasceu em Buenos Aires, em 29 de abril de 1936, em uma família de imigrantes do Leste Europeu. Estudou filosofia e letras na Universidade de Buenos Aires e, posteriormente, pintura com Juan Batlle Planas. Entre 1960 e 1964, Pizarnik viveu em Paris, onde trabalhou para a revista "Cuadernos" e algumas editoras francesas, publicou poemas e críticas em vários jornais, traduziu Antonin Artaud, Henri Michaux, Aimé Cesairé e Yves Bonnefoy, e estudou história da a religião e a literatura francesa na Sorbonne. Após seu retorno a Buenos Aires, Pizarnik publicou três de seus volumes principais, "As obras e as noites", "Extração da pedra da loucura" e "O inferno musical", bem como sua obra em prosa "A condessa sangrenta". Em 1969 ele recebeu uma bolsa Guggenheim, e em 1971 um Fullbright. Em 25 de setembro de 1972, enquanto passava um fim de semana longe da clínica psiquiátrica onde estava internada, Pizarnik morreu de uma overdose intencional de seconal.


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