Esta noite a paisagem sonhadora desaparece
com a suave carícia da luz lunar;
nas montanhas há lenha, e minha jangada que brilha
Está apagando estrelas sobre a água estelar.
ESTA NOCHE
Esta noche el paisaje soñador se niquela
con la blanda caricia de la lumbre lunar;
en el monte hay cocuyos, y mi balsa que riela
va borrando luceros sobre el agua estelar.
El fogón de la prora, con su alegre candela,
me enciende en oro trémulo como a un dios tutelar;
y unos indios desnudos, con curiosa cautela,
van corriendo en la playa para verme pasar.
Apoyado en el remo avizoro el vacío,
y la luna prolonga mi silueta en el río;
me contemplan los cielos, y del agua al rumor
alzo tristes cantares en la noche perpleja,
y a la voz del bambuco que en la sombra se aleja,
la montaña responde con un vago clamor.
EN UN BLOQUE SALIENTE
En un bloque saliente de la audaz cordillera
el cóndor soberano los jaguares devora;
y olvidando la presa, las alturas explora
con sus ojos de un vivo resplandor de lumbrera.
Entre locos planetas ha girado en la esfera;
vencedor de los vientos, lo abrillanta la aurora,
y al llenar el espacio con su cauda sonora,
quema el sol los encajes de su heroica gorguera.
Recordando en la roca los silencios supremos,
se levanta al empuje colosal de sus remos;
zumban ráfagas sordas en las nubes distantes,
y violando el misterio que en el éter se encierra,
llega al sol, y al tenderle los plumones triunfantes
va corriendo una sombra sobre toda la tierra.
CON PAUSADOS VAIVENES
Con pausados vaivenes refrescando el estío,
la palmera engalana la silente llanura;
y en su lánguido ensueño, solitaria murmura
ante el sol moribundo sus congojas al río.
Encendida en el lampo que arrebola el vacío,
presintiendo las sombras, desfallece en la altura;
y sus flecos suspiran un rumor de ternura
cuando vienen las garzas por el cielo sombrío.
Naufragada en la niebla, sobre el turbio paisaje
la estremecen los besos de la brisa errabunda;
y al morir en sus frondas el lejano celaje,
se abandona al silencio de las noches más bellas,
y en el diáfano azogue de la linfa profunda
resplandece cargada de racimos de estrellas.
SOY UN GRÁVIDO RÍO...
Soy un grávido río, y a la luz meridiana
ruedo bajo los ámbitos reflejando el paisaje;
y en el hondo murmullo de mi audaz oleaje
se oye la voz solemne de la selva lejana.
Flota el sol entre el nimbo de mi espuma liviana;
y peinando en los vientos el sonoro plumaje,
en las tardes un águila triunfadora y salvaje
vuela sobre mis tumbos encendidos en grana.
Turbio de pesadumbre y anchuroso y profundo,
al pasar ante el monte que en las nubes descuella
con mi trueno espumante sus contornos inundo;
y después, remansado bajo plácidas frondas,
purifico mis aguas esperando una estrella
que vendrá de los cielos a bogar en mis ondas.
MIENTRAS LAS PALMAS TIEMBLAN...
Mientras las palmas tiemblan, un arrebol ligero
en solitarias ciénagas disuelve su rubí;
todo se apesadumbra, y hacia lejano estero,
sonroja en el crepúsculo sus alas un neblí.
Algo desconocido del horizonte espero...
¡Vana ilusión! Nublóse la franja carmesí;
ya suspiró la tierra bajo el primer lucero,
y siento que otros seres lloran dentro de mí.
Me borrará la noche. Mañana otro celaje;
¿y quién cuando yo muera consolará el paisaje?
¿Por qué todas las tardes me duele esta emoción?
Mi alma, nube de ocaso, deja lo que perdura;
y como es mi destino sufrir con la Natura,
se apagan los crepúsculos entre mi corazón.
La 'Lolita' de José Eustasio Rivera
La Vorágine
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A sua primeira obra é um livro de poemas Tierra de promisión (1921), com o qual alcançou alguma notoriedade. Mas é a sua segunda e última obra, La Vorágine, que faz de Rivera um clássico da narrativa realista pré-mágica, a ponto de ser considerado por muitos como o grande romance de selva latino-americano.
Foi um poeta e romancista que nas suas escritas denunciou de forma contundente os exploradores de borracha no norte da Amazónia.
"...Aqueles que um dia acreditaram que minha inteligência irradiaria extraordinariamente, como um halo de minha juventude; aqueles que se esqueceram de mim assim que minha planta caiu na desgraça; aqueles que, ao se lembrarem de mim, às vezes pensam em meu fracasso e se maravilham por que não fui o que poderia ter sido, saiba que o destino implacável me arrancou da prosperidade incipiente e me jogou nos pampas, para que eu vagasse, como os ventos, e me extinguisse, como eles, não deixando nada além de barulho e desolação. "
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