terça-feira, 27 de setembro de 2022

Los Poetas del Amor... José María Gabriel y Galán (España)

Los Poetas del Amor (88)



Eu aprendi no lar em que se funda
a felicidade mais perfeita,
e para torná-la minha
Eu queria ser como meu pai era
e procurei uma mulher como minha mãe
entre as filhas da minha nobre terra.

Mas é bem conhecido
que ela não vive mais;
o coração, a vida da casa
que animou o dever das tarefas,
a mão benevolente
que com os sais dos bons ensinamentos
ele amassou tanto pão para os pobres
que regou, suando, nossa fazenda.






EL AMA

I

Yo aprendí en el hogar en qué se funda
la dicha más perfecta,
y para hacerla mía
quise yo ser como mi padre era
y busqué una mujer como mi madre
entre las hijas de mi hidalga tierra.
Y fui como mi padre, y fue mi esposa
viviente imagen de la madre muerta.
¡Un milagro de Dios, que ver me hizo
otra mujer como la santa aquella!
Compartían mis únicos amores
la amante compañera,
la patria idolatrada,
la casa solariega,
con la heredada historia,
con la heredada hacienda.
¡Qué buena era la esposa
y qué feraz mi tierra!
¡Qué alegre era mi casa
y qué sana mi hacienda,
y con qué solidez estaba unida
la tradición de la honradez a ellas!
Una sencilla labradora, humilde,
hija de oscura castellana aldea;
una mujer trabajadora, honrada,
cristiana, amable, carñosa y seria,
trocó mi casa en adorable idilio
que no pudo soñar ningún poeta.
¡Oh, cómo se suaviza
el penoso tragín de las faenas
cuando hay amor en casa
y con él mucho pan se amasa en ella
para los pobres que a su sombra vivien,
para los pobres que por ella bregan!
¡Y cuánto lo agradecen, sin decirlo,
y cuánto por la casa se interesan,
y cómo ellos la cuidan,
y cómo Dios la aumenta!
Todo lo pudo la mujer cristiana,
logrólo todo la mujer discreta.
La vida en la alquería
giraba en torno de ella
pacífica y amable,
monótona y serena...
¡Y cómo la alegría y el trabajo
donde está la virtud se compenetran!
Lavando en el regato cristalino
cantaban las mozuelas,
y cantaba en los valles el vaquero,
y cantaban los mozos en las tierras,
y el aguador camino de la fuente,
y el cabrerillo en la pelada cuesta...
¡Y yo también cantaba,
que ella y el campo hiciéronme poeta!
Cantaba el equilibrio
de aquel alma serena
como los anchos cielos,
como los campos de mi amada tierra;
y cantaba también aquellos campos,
los de las pardas, onduladas cuestas,
los de los mares de enceradas mieses,
los de las mudas perspectivas serias,
los de las castas soledades hondas,
los de las grises lontananzas muertas...
El alma se empapaba
en la solemne clásica grandeza
que llenaba los ámbitos abiertos
del cielo y de la tierra.
¡Qué placido el ambiente,
qué tranquilo el paisaje, qué serena
la atmósfera azulada se extendía
por sobre el haz de la llanura inmensa!
La brisa de la tarde
meneaba, amorosa, la alameda,
los zarzales floridos del cercado,
los guindos de la vega,
las mieses de la hoja,
la copa verde de la encina vieja...
¡Monorrítmica música del llano,
qué grato tu sonar, qué dulce era!
La gaita del pastor en la colina
lloraba las tonadas de la tierra,
cargadas de dulzuras,
cargadas de monótonas tristezas,
y dentro del sentido
caían las cadencias
como doradas gotas
de dulce miel que del panal fluyeran.
La vida era solemne;
puro y sereno el pensamiento era;
sosegado el sentir, como las brisas;
mudo y fuerte el amor, mansas las penas,
austeros los placeres,
raigadas las creencias,
sabroso el pan, reparador el sueño,
fácil el bien y pura la conciencia.
¡Qué deseos el alma
tenía de ser buena
y cómo se llenaba de ternura
cuando Dios le decía que lo era!

II

Pero bien se conoce
que ya no vive ella;
el corazón, la vida de la casa
que alegraba el tragín de las tareas,
la mano bienhechora
que con las sales de enseñanzas buenas
amasó tanto pan para los pobres
que regaban, sudando, nuestra hacienda.
¡La vida en la alquería
se tiñó para siempre de tristeza!
Ya no alegran los mozos la besana
con las dulces tonadas de la tierra,
que al paso perezoso de las yuntas
ajustaban sus lánguidas cadencias.
Mudos de casa salen,
mudos pasan el día en sus faenas,
tristes y mudos vuelven
y sin decirse una palabra cenan;
que está el aire de casa
cargado de tristeza,
y palabras y ruidos importunan
la rumia sosegada de las penas.
Y rezamos reunidos el rosario
sin decirnos por quién..., pero es por ella,
que aunque ya no su voz a orar nos llama,
su recuerdo querido nos congrega,
y nos pone el rosario entre los dedos
y las santas plegarias en la lengua.
¡Qué días y qué noches!
¡Con cuánta lentitud las horas ruedan
por encima del alma que está sola
llorando en las tinieblas!
Las sales de mis lágrimas amargan
el pan que me alimenta;
me cansa el movimiento,
me pesan las faenas,
la casa me entristece
y he perdido el cariño de la hacienda.
¡Qué me importan los bienes
si he perdido mi dulce compañera!
¡Qué compasión me tiene mis criados
que ayer me vieron con el alma llena
de alegrías sin fin que rebosaban
y suyas también eran!
Hasta el hosco pastor de mis ganados,
que ha medido la hondura de mi pena,
si llego a su majada
baja los ojos y ni hablar quisiera;
y dice al despedirme: «Ánimo, amo;
"haiga" mucho valor y "haiga pacencia"...»
Y le tiembla la voz cuando lo dice
y se enjuga una lágrima sincera,
que en la manga de la áspera zamarra
temblando se le queda...
¡Me ahogan estas cosas,
me matan de dolor estas escenas!
¡Que me anime, pretende, y él no sabe
que de su choza en la techumbre negra
le he visto yo escondida
la dulce gaita aquélla
que cargaba el sentido de dulzura
y llenaba los aires de cadencias!...
¿Por qué ya no la toca?
¿Por qué los campos su tañer no alegra?
Y el atrevido vaquerillo sano,
que amaba a una mozuela
de aquellas que trajinan en la casa,
¿por qué no ha vuelto a verla?
¿Por qué no canta en los tranquilos valles?
¿Por qué no silba con la misma fuerza?
¿Por qué no quiere restallar la honda?
¿Por qué esta muda la habladorara legua
que al amo le contaba sus sentires
cuando el amo le daba su licencia?
«¡El ama era una santa!»...,
me dicen todos cuando me hablan de ella.
«¡Santa, santa!», me ha dicho
el viejo señor cura de la aldea,
aquel que le pedía
las limosnas secretas
que de tantos hogares ahuyentaban
las hambres y los fríos y las penas.
¡Por eso los mendigos
que llegan a mi puerta
llorando se descubren
y un padrenuestro por el «ama» rezan!
El velo del dolor me ha oscurecido
la luz de la belleza.
Ya no saben hundirse mis pulilas
en la visión serena
de los espacios hondos,
puros y azules, de extensión inmensa.
Ya no sé traducir la poesía,
ni del alma en la médula me entra
la inmensa melodía del silencio
que en la llanura quieta
parece que descansa,
parece que se acuesta.
Será puro el ambiente, como antes,
y la atmósfera azul será serena,
y la brisa amorosa
moverá con sus alas la alameda,
los zarzales floridos,
los guindos de la vega,
las mieses de la hoja,
la copa verde de la encina vieja...
Y mugirán los tristes becerrillos,
lamentando el destete, en la pradera,
y la de alegres recentales dulces
tropa gentil escalará la cuesta
balando plañideros
al pie de las dulcísimas ovejas;
y cantará en el monte la abubilla,
y en los aires la alondra mañanera
seguirá derritiédose en gorjeos,
musical filigrana de su lengua...
Y la vida solemne de los mundos
seguirá su carrera
monótona, inmutable,
magnífica, serena...
Mas ¿qué me importa todo,
si el vivir de los mundos no me alegra,
ni el ambiente me baña en bienestares,
ni las brisas a música me suenan,
ni el cantar de los pájaros del monte
estimula mi lengua,
ni me mueve a ambición la perspectiva
de la abundante próxima cosecha,
ni el vigor de mis bueyes me envanece,
ni el paso del caballo me recrea,
ni me embriaga el olor de las majadas,
ni con vértigos dulces me deleitan
el perfume del heno que madura
y el perfume del trigo que se encera?
Resbala sobre mí sin agitarme
la dulce poesía en que se impregnan
la llanura sin fin, toda quietudes,
y el magnífico cielo, todo estrellas,
y ya mover no pueden
mi alma de poeta,
ni las de mayo auroras nacarinas
con húmedos vapores en las vegas,
con cánticos de alondra y con efluvios
de rociadas frescas,
ni éstos de otoño atardeceres dulces
de manso resbalar, pura tristeza
de la luz que se muere
y el paisaje borroso que se queja...
ni las noches románticas de julio,
magníficas, espléndidas,
cargadas de silencios rumorosos
y de sanos perfumes de las eras;
noches para el amor, para la rumia
de las grandes ideas,
que a la cumbre al llegar de las alturas
se hermanan y se besan...
¡Cómo tendré yo el alma,
que resbala sobre ella
la dulce poesía de mis campos
como el agua resbala por la piedra!
Vuestra paz era imagen de mi vida,
¡oh campos de mi tierra!
Pero la vida se me puso triste
y su imagen de ahora ya no es esa:
en mi casa, es el frío de mi alcoba,
es el llanto vertido en sus tinieblas;
en el campo, es el árido camino
del barbecho sin fin que amarillea.
. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

Pero yo ya sé hablar como mi madre
y digo como ella
cuando la vida se le puso triste:
«¡Dios lo ha querido así! ¡Bendito sea!»





Homenagem por ocasião do Dia Internacional pela Eliminação da Violência contra a Mulher. 
Locução recitada de memória de um poema chamado "La Mujer", do poeta José María Gabriel y Galán.




Cuando pueda arrancar de los infiernos
legiones de cariátides humanas,
cuando pueda traer de los edenes
almas de luz con luz apacentadas;
cuando sepa sondear el de los réprobos
infame corazón, lleno de llagas;
cuando sepa sentir el de los ángeles
sentir divino de purezas diáfanas...

Cuando aprenda un idioma no creado
para la grey humana,
que tiene, para hablar, artificiosos
idiomas de paupérrimas palabras,
y no percibe músicas mejores
que el resbalar de las corrientes aguas,
el rebullir de mañaneras brisas,
el arrullar de las palomas cándidas,
y el dulce son de los canoros pájaros,
y el hojear de la alameda gárrula,
ni músicas más hórridas describe
que el fiero aullido de la loba escuálida,
la carcajada del siniestro cárabo,
los alaridos de la hiena flaca,
el silbo horrible de falaz serpiente
y el grito ronco de feroz borrasca...

Cuando aprenda a vibrar todos los rayos
de la tremenda maldición que mata
los gérmenes maléficos
que anidan en las llagas,
y a dar aprenda en bendiciones puras
del alto Edén anticipadas ráfagas,
¡entonces te diré, curioso amigo,
lo que son las mujeres!...

¡Qué!... ¿Te extraña?
Decir que son demonios,
que son flores con alma,
que son blancos arcángeles...
me parece decir cosas muy pálidas.
y si en decires del humano idioma
yo pretendiera bosquejar sus almas,
tal vez oyeras con atento oído
rumor de abismos y batir de alas;
pero la vida de los dos es corta
para que yo, con ruidos de palabras,
cantar pudiese el colosal poema,
maridaje de luz y sombras trágicas,
y tú sentirlo en sus negruras hondas,
y tú sentirlo en sus altezas diáfanas.

Mientras aprendo a contestar, ¡oh amigo!,
tu pregunta abismática,
sigue a la letra mi consejo sano,
regla prudente de conducta sabia;
golpear en la puerta del misterio
es brega estéril de curiosas almas;
cierra los ojos para ver más claro,
vuela y no escarbes, sintetiza y ama,
y canta a la mujer cuando la veas
en el trono de reina de su casa,
o ante la cuna acariciando al hijo,
o ante el sepulcro derramando lágrimas,
o en la sombra de un claustro recluida,
o esperando al esposo desvelada,
o en el templo cantándole a la Virgen
dudas, temores, inquietudes, ansias...

¡Cántala dondequiera que la veas,
ángel o mártir, heroína o santa!
Y si tienes un día
la pena de encontrarla
caída en los infames pudrideros
donde a los suyos el infierno enfanga,
y no puedes hacer el bien supremo
de redimir su alma...
en vez de una canción fustigadora,
dedícale en silencio una plegaria...

Mejor que ver la llaga al microscopio
es cubrirla de bálsamo y curarla.






La espigadora







________________________

José María Gabriel y Galán nasceu em 28 de junho de 1870 em Frades de la Sierra, uma pequena cidade da província de Salamanca, que na época fazia parte Castilla la Vieja e hoje Salamanca é um das nove províncias que compõem a autonomia de Castela e Leão (Espanha). 
Sua infância é passada em sua cidade natal e lá em sua escola aprende as primeiras letras. Aos 15 anos ele mudou-se para a capital, Salamanca, onde continuou a sua estudos. Para não sobrecarregar ainda mais a economia familiar, procurou emprego num armazém de tecidos que alternava com seus estudos. A partir desta estadia na capital de Salamanca, datam seus primeiros escritos em verso, que ao torná-los conhecidos aos amigos, ele é elogiado e encorajado a continuar escrevendo poesia. 
Em 1888 obteve o título de professor de escola e foi designado até a cidade de Guijuelo, distante 20 km de sua cidade natal.
Depois de uma curta estada na escola nesta cidade, ele mudou-se para Madrid para estudar na Escola Normal Central.
Ele vive na capital da Espanha por um curto período de tempo, uma vez que esta cidade cosmopolita desperta em José María uma certa rejeição, revelado em algumas das cartas que ele escreve para seus amigos, no qual ele o chama pelo nome de "Modernópolis". Mais tarde, seu novo destino como mestre de escola fica em Piedrahita, (Ávila). Lá ele se dedica a pedagogia usando os novos conhecimentos adquiridos durante seu tempo na Escola Normal Central de Madrid.
Há conhecimento deste período de sua permanência em Piedrahita, através das cartas que escreve a alguns amigos, que assinou com o pseudônimo "O Solitário", tal era o mau humor em que o jovem mestre estava na época.
José María Gabriel y Galán estava se delineando como um menino triste, melancólico e muito sensível e atento ao mundo ao seu redor. 
De convicções profundamente religiosas recebidas de sua mãe, Dona Bernarda, seus primeiros poemas são os fiéis reflexo de suas crenças. Em uma das cartas enviadas a um amigo, podemos descobrir o que o poeta sensível pensou sobre o castigo desumano que para a sua moral o castigo de morte, aplicado na Espanha na época: 
«... passado amanhã, fará justiça nesta cidade, o triste
espetáculo da execução do preso de um crime cometido
em um pasto nesta comarca, há dois anos.
Deus o abençoe no céu...»
De sua vida monótona de solidão e tristeza que por isso tempo caracterizou o jovem poeta, ele veio buscar a paixão por Desideria, por volta de 1893. Quatro anos depois, em dezembro de 1897, anunciou seu casamento com Desideria, ("minha vaqueira", como ele costumava chamá-la amorosamente). Em 26 de janeiro de 1898, em uma igreja Plasencia, casou-se com José María e Desideria.
A partir desse momento, a vida do jovem poeta experimenta uma mudança radical; abandona sua dedicação como professor na escola Piedrahita, e mudou-se para a cidade de Cáceres de Guijo de Granadilla, onde é responsável pela direção e administração de uma grande pastagem na Extremadura chamada "El Tejar", propriedade do tio de sua esposa. Encontre assim, a calma que o espírito sensível do nosso poeta precisa: a dedicação ao cultivo do campo e da alma. Devido a paz que esta nova ocupação lhe dá, e devido também à sua sensibilidade e à sua capacidade de observador atento, dedica-se a escrever o que o inspira no novo ambiente retratam a vida dos humildes camponeses que trabalham; dos habitantes daquelas pequenos núcleos rurais da Extremadura; de amores entre os meninos pastores e os jovens cães pastores...
Seu primeiro filho (Jesus, 1898) nasceu naquela cidade, que o inspira a compor a poesia “El Cristu benditu” com o qual inicia seu famoso EXTREMEÑAS em que o uso da língua vernácula, "el castúo", aroma e vivifica a musa do poeta. Nessa poesia o autor reflete a vida cinza que ele passou em sua juventude e a grande mudança para a alegria que ele sente com seu novo emprego e o nascimento de seu filho.
Seu segundo filho nasce em 27 de fevereiro de 1901. 
Em 15 de setembro de 1901, são comemorados no cidade de Salamanca os jogos florais, nos quais, em solene ato, "a flor natural" é entregue a Gabriel e Galán, como prêmio por sua bela poesia "El ama". 
A partir daí, começou a dar-se a conhecer como jovem e único poeta. Publica o seu livro de poesia intitulado "Castellanas".
O sucesso adquirido por esta publicação faz o autor retornar publicar seu segundo livro intitulado "Extremeñas" e pouco depois mais tarde, um terceiro título "Novas castellanas".
Em 1902 triunfou nos jogos florais de Saragoça; no ano seguinte obtém os prêmios da flor natural, nos jogos florais de Múrcia, Lugo e Sevilha. A fama com que este jovem poeta, no panorama da popularidade, adquiriu rápido crescimento em um curto espaço de tempo. Ano 1903 é concedido pelo município de Guijo de Granadilla com o prémio de "Filho Adotado" desta vila de Cáceres pertencente à região natural de Las Hurdes. Por corresponder com toda a gratidão a tal nomeação, prepara um belo poema intitulado "Só para o meu lugar" que é estreado e recitado por seu autor em ato tão solene, na segunda-feira, 13 de abril de 1903.
Em 1904 recebeu uma homenagem na Argentina por ter sido premiado com sua poesia "Song to work".
Toda a sua poesia desenvolve-se num ambiente camponês e rural.
Ele sabia cantar como ninguém, a beleza da alma simples do camponeses da Extremadura e Salamanca. Ele fez a poesia mais muito pobre do povo simples do então muito pobre região natural de "Las Hurdes" que mais tarde soube retratar a O hispano-mexicano Luis Buñuel com seu filme "Tierra sin pan".
Sua extensa e valiosa obra é de excelente e sublime simplicidade, com o uso de palavras e frases livres de filigrana artificial e sofisticação, que são os vime com o qual constrói uma poesia popular de alta sonoridade e rima cuidadosa, que facilmente permeia o compreensão dos menos educados nas artes literárias.
Seu verso abrange uma ampla gama de compassos que vão desde o hexadecassílabos para hexadecassílabos. Seus versos mais usados São o romance, a quadra, a redondilla, o limerick, a sextilla e a serventesio.
Seus poemas publicados são agrupados sob os títulos: mulheres camponesas; castelhano; religioso; Estremadura; Histórias e poesia; Novas Castellanas; Poemas; etc...
Nos poemas escritos no vernáculo estrangeiro, "el castúo" e em alguma outra expressão de uma língua populares, para apontar que eles não pertencem à linguagem correta castelhano-espanhol, são destacados em itálico.

* * *
Em 6 de janeiro de 1905, aos 35 anos, como resultado de uma pneumonia mal curada, o nosso jovem poeta morre no Guijo de Granadilla (Cáceres), onde o seu município mantém a casa onde morou, como museu onde pode expor seus pertences pessoais mais querido do poeta junto com manuscritos e livros, doados por seus descendentes.


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