terça-feira, 15 de setembro de 2020

Sarau... El Río (Julio Cortázar)

 El río



Julio Cortázar
(1914-1984)



"Mas se for esse o caso, eu me pergunto o que você está fazendo nesta cama que decidiu abandonar por uma cama maior e mais fugitiva. Agora acontece que você dorme, que de vez em quando você mexe uma perna que muda o desenho do lençol, você parece zangada com alguma coisa, não zangada demais, é como um cansaço amargo, seus lábios esboçam um sorriso de desprezo, você deixa o ar escapar hesitantemente, o recolhe em breves baforadas, e eu acho que se eu não estivesse tão exasperado com suas falsas ameaças eu admitiria que você é linda de novo, como se o sonho te devolvesse um pouco ao meu lado onde o desejo é possível e até mesmo reconciliação ou novo termo, algo menos nublado que esta madrugada em que as primeiras carroças começam a rolar e os galos abominavelmente revelam sua horrenda servidão."









Programa de Radio conducido por Jorge Chacho Marzetti que sale de lunes a viernes de 23hs a 1hs por AM 750 Radio Nacional Córdoba.

http://elvagabundodelasestrellasrn.bl...





Julio Cortázar
(1914-1984)


El río
(Final del juego, 1956)


Y sí, parece que es así, que te has ido diciendo no sé qué cosa, que te ibas a tirar al Sena, algo por el estilo, una de esas frases de plena noche, mezcladas de sábana y boca pastosa, casi siempre en la oscuridad o con algo de mano o de pie rozando el cuerpo del que apenas escucha, porque hace tanto que apenas te escucho cuando dices cosas así, eso viene del otro lado de mis ojos cerrados, del sueño que otra vez me tira hacia abajo. Entonces está bien, qué me importa si te has ido, si te has ahogado o todavía andas por los muelles mirando el agua, y además no es cierto porque estás aquí dormida y respirando entrecortadamente, pero entonces no te has ido cuando te fuiste en algún momento de la noche antes de que yo me perdiera en el sueño, porque te habías ido diciendo alguna cosa, que te ibas a ahogar en el Sena, o sea que has tenido miedo, has renunciado y de golpe estás ahí casi tocándome, y te mueves ondulando como si algo trabajara suavemente en tu sueño, como si de verdad soñaras que has salido y que después de todo llegaste a los muelles y te tiraste al agua. Así una vez más, para dormir después con la cara empapada de un llanto estúpido, hasta las once de la mañana, la hora en que traen el diario con las noticias de los que se han ahogado de veras.

Me das risa, pobre. Tus determinaciones trágicas, esa manera de andar golpeando las puertas como una actriz de tournées de provincia, uno se pregunta si realmente crees en tus amenazas, tus chantajes repugnantes, tus inagotables escenas patéticas untadas de lágrimas y ajetivos y recuentos. Merecerías a alguien más dotado que yo para que te diera la réplica, entonces se vería alzarse a la pareja perfecta, con el hedor exquisito del hombre y la mujer que se destrozan mirándose en los ojos para asegurarse el aplazamiento más precario, para sobrevivir todavía y volver a empezar y perseguir inagotablemente su verdad de terreno baldío y fondo de cacerola. Pero ya ves, escojo el silencio, enciendo un cigarrillo y te escucho hablar, te escucho quejarte (con razón, pero qué puedo hacerle), o lo que es todavía mejor me voy quedando dormido, arrullado casi por tus imprecaciones previsibles, con los ojos entrecerrados mezclo todavía por un rato las primeras ráfagas de los sueños con tus gestos de camisón rídiculo bajo la luz de la araña que nos regalaron cuando nos casamos, y creo que al final me duermo y me llevo, te lo confieso casi con amor, la parte más aprovechable de tus movimientos y tus denuncias, el sonido restallante que te deforma los labios lívidos de cólera. Para enriquecer mis propios sueños donde jamás a nadie se le ocurre ahogarse, puedes creerme.

Pero si es así me pregunto qué estás haciendo en esta cama que habías decidido abandonar por la otra más vasta y más huyente. Ahora resulta que duermes, que de cuando en cuando mueves una pierna que va cambiando el dibujo de la sábana, pareces enojada por alguna cosa, no demasiado enojada, es como un cansancio amargo, tus labios esbozan una mueca de desprecio, dejan escapar el aire entrecortadamente, lo recogen a bocanadas breves, y creo que si no estaría tan exasperado por tus falsas amenazas admitiría que eres otra vez hermosa, como si el sueño te devolviera un poco de mi lado donde el deseo es posible y hasta reconciliación o nuevo plazo, algo menos turbio que este amanecer donde empiezan a rodar los primeros carros y los gallos abominablemente desnudan su horrenda servidumbre. No sé, ya ni siquiera tiene sentido preguntar otra vez si en algún momento te habías ido, si eras tú la que golpeó la puerta al salir en el instante mismo en que yo resbalaba al olvido, y a lo mejor es por eso que prefiero tocarte, no porque dude de que estés ahí, probablemente en ningún momento te fuiste del cuarto, quizá un golpe de viento cerró la puerta, soñé que te habías ido mientras tú, creyéndome despierto, me gritabas tu amenaza desde los pies de la cama. No es por eso que te toco, en la penumbra verde del amanecer es casi dulce pasar una mano por ese hombro que se estremece y me rechaza. La sábana te cubre a medias, mis manos empiezan a bajar por el terso dibujo de tu garganta, inclinándome respiro tu aliento que huele a noche y a jarabe, no sé cómo mis brazos te han enlazado, oigo una queja mientras arqueas la cintura negándote, pero los dos conocemos demasiado ese juego para creer en él, es preciso que me abandones la boca que jadea palabras sueltas, de nada sirve que tu cuerpo amodorrado y vencido luche por evadirse, somos a tal punto una misma cosa en ese enredo de ovillo donde la lana blanca y la lana negra luchan como arañas en un bocal. De la sábana que apenas te cubría alcanzo a entrever la ráfaga instantánea que surca el aire para perderse en la sombra y ahora estamos desnudos, el amanecer nos envuelve y reconcilia en una sola materia temblorosa, pero te obstinas en luchar, encogiéndote, lanzando los brazos por sobre mi cabeza, abriendo como en un relámpago los muslos para volver a cerrar sus tenazas monstruosas que quisieran separarme de mí mismo. Tengo que dominarte lentamente (y eso, lo sabes, lo he hecho siempre con una gracia ceremonial), sin hacerte daño voy doblando los juncos de tus brazos, me ciño a tu placer de manos crispadas, de ojos enormemente abiertos, ahora tu ritmo al fin se ahonda en movimientos lentos de muaré, de profundas burbujas ascendiendo hasta mi cara, vagamente acaricio tu pelo derramado en la almohada, en la penumbra verde miro con sorpresa mi mano que chorrea, y antes de resbalar a tu lado sé que acaban de sacarte del agua, demasiado tarde, naturalmente, y que yaces sobre las piedras del muelle rodeada de zapatos y de voces, desnuda boca arriba con tu pelo empapado y tus ojos abiertos.





__________________

Leia também:

Sarau... Conducta en los velorios
Sarau... Casa tomada (Julio Cortázar)
Sarau... Carta a Rocamadour (Júlio Cortázar)
Sarau... Cuento Sin Moraleja (Julio Cortázar)
Sarau... Toco tu boca (Julio Cortázar)
Sarau... Un pequeño paraíso (Julio Cortázar)
Sarau... Graffiti (Julio Cortázar)
Sarau... Después del almuerzo (Julio Cortázar)
Sarau... Me Caigo y Me Levanto (Julio Cortázar)
Sarau... La noche boca arriba (Julio Cortázar)
Sarau... La salud de los enfermos (Julio Cortázar)
Sarau... La isla a mediodía (Julio Cortázar)


___________________



miércoles, 12 de abril de 2017

El río, Análisis del cuento de Julio Cortázar







"El río" es un relato de Julio Cortázar que forma parte del libro "Final de juego " publicado en el año 1956.

Es el fin de una pareja, es la etapa final en una separación. Él no la aguanta más ,la desvaloriza, dice pestes de ella pero por otro lado siempre está el deseo, ese río que los une pero que también los va a separar...Ambos se han soportado, se han deseado, se han peleado, acomodado el uno al otro, se han reconciliado pero esta vez...

El río (Título) se refiere al medio acuoso, el de las lágrimas (las de ella quizás), a los fluidos corporales del sexo, el agua es el líquido amniótico en el que hay vida, hay latidos, donde hay una posibilidad, un posible nacimiento, donde hay amor, no es este el caso, acá hay deseo, hay sexo, hay agua, mucha, pero esa agua puede ser las de la anegación, el suicidio, la Muerte, el final.

A toda relación conflictiva le llega su the end.En un monólogo develador el protagonista comienza el cuento diciendo que le "parece" que ella se ha ido, ella lo ha amenazado con tirarse al Sena. No nos queda claro si a él le importa o no que ella decidiera hacerlo, a veces parece que sí y en otras se tranquiliza diciendo que ella está allí con él,la realidad y el sueño van y vienen todo el tiempo en el relato.

Él se siente superior a ella, ella que lo vuelve loco con sus planteamientos, quejas, amenazas... Pero por otro lado "Se niega " la posibilidad de que ella al final decidiera acabar con todo ese infierno y decidiera huir del lado de él a esa "cama más vasta ".Es negador, la rechaza pero por otro lado lo perturba profundamente (en el fondo) ese río, esa agua que entró a su vida para llevársela.

El agua es el transporte del Amor, de la Vida y también es desastre, separación , la vía de la Muerte.

Hay un dicho que dice " Hacer agua" o sea esa relación no era lo suficientemente sólida, hacía aguas por todos lados, ambos se deseaban pero no se soportaban, ella es en definitiva quien decide por los dos cerrar la puerta, eludir el abrazo amoroso veintemil veces mentiroso de la reconciliación a la que estaban acostumbrados como una fórmula gastada: Pelea-Alejamiento-Sexo Furioso-Reconciliación.

Nenhum comentário:

Postar um comentário